Nuevo Caso de Éxito de Yaskawa Ibérica
Granallado angular automatizado: innovación para una máxima competitividad e información del proceso
Sobre el cliente Eseki es una empresa que se define bajo tres i: ingeniería, instalaciones e innovación. Ubicada en Etxarri-Aranatz (Navarra, España), se trata de una compañía de economía social –pertenece a sus trabajadores–, que además de proyectos en ámbitos como las instalaciones y el mantenimiento está especializada en el tratamiento de superficie, donde ofrece soluciones llave en mano que van desde la tecnología hasta los servicios. Es en este ámbito donde Eseki ha hecho uno de los mayores aportes a la industria: el diseño y puesta en marcha del primer robot granalladora con 9 ejes de movimiento para granalla angular, flexible y modular, programado offline en 3D, que además ofrece mantenimiento inteligente. Fue precisamente sus amplios conocimientos del proceso del tratamiento de superficies, sumada a la apuesta de investigación y desarrollo en el ámbito de la robótica, que han convertido a Eseki hoy en una ingeniería capaz de diseñar grandes cabinas automatizadas para el tratamiento de superficies de piezas de grandes dimensiones –demandadas especialmente en mercados como el eólico o el siderometalúrgico a nivel nacional e internacional– ofreciendo también servicios de parametrización de nuevas piezas a tratar, además de tele mantenimiento, mantenimiento correctivo y preventivo. Tratamientos Algoi (Altsasu, Navarra) es una empresa dedicada al tratamiento superficial de piezas, especializada en procesos como el granallado, metalizado y pintado. Cliente de Eseki desde hace más de 25 años, Tratamientos Algoi está dedicada, principalmente, al acabado de grandes piezas para el sector eólico –torres y bujes– y de la industria siderúrgica. Entre los procesos que ofrece se encuentra el granallado angular, que se utiliza para la limpieza de superficies, y que, al mismo tiempo, produce un micro picado en la pieza para una mayor adherencia de las siguientes etapas de tratamiento y pintura. “Al tratarse de un granallado angular, los sistemas automáticos no son válidos porque es un proceso altamente dañino para los equipos. Es por este motivo que siempre se opta por realizarlo de manera manual: el operario prepara la pieza y la granalla a mano”, explica Esteban Zeberio, gerente de Eseki. Sumada a la dureza del tratamiento a la que se debe someter a los equipos, está la necesidad de máxima calidad del mismo. “Al tratarse de piezas utilizadas para procesos críticos –en este caso generación de energía eólica– se necesita un nivel de acabado estandarizado”, detalla Esteban Zeberio. Por lo mismo, la posibilidad de tener un estrecho control de todo el proceso, así como el poder estandarizar el proceso de granallado y de acabado de superficies en general, más que un deseo, representaba una necesidad. “A día de hoy las normativas en este ámbito, son muy claras en relación a cómo se debe trabajar la pieza para prevenir su deterioro, por ejemplo, pero la realidad es que el proceso lo realizan personas. La uniformidad del tratamiento queda hoy en sus manos”. La calidad demandada, además, se lleva al límite al tratarse de grandes piezas con geometrías complejas y de diferente diseño y conformación: “Cuando trabajas con piezas de una variabilidad importante en cuanto a geometría y gran tamaño, la automatización se hace más compleja. Si a ello le sumas que se trata de piezas de 10, 20, 30 o 50 toneladas, la posibilidad de tener una solución automatizada se complica aún más”. Por último, además de estas exigencias propias del proceso, se trata de un sector altamente competitivo, con numerosas exigencias por parte del cliente –situados en los segmentos TIER1, TIER2 y TIER3 de su sector– en cuanto a reducción de tiempos y de costes para ganar en competitividad: “la robotización en estos procesos va a ser clave para la mejora de la productividad”, comenta Zeberio.
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