PIME Specialist Coatings: ¿Por qué es mejor pintar con pintura en polvo?
La pintura en polvo, conocida también como pintura electrostática, o lacado pintuco y en inglés como Powder Coating, es un sistema de recubrimiento industrial en forma de polvo seco que se adhiere a las piezas formando una película homogénea de color. Se desarrolló por primera vez en EEUU a finales de los años 50, pero no fue hasta principios de los 60 cuando apareció el sistema de extrusión para producir en continuo, ya que antes la fabricación de estas pinturas se hacía por cargas en amasadoras. Inicialmente, el único método de aplicación de la pintura en polvo era el de lecho fluidificado, una técnica que supone sumergir el sustrato a pintar, precalentado o eléctricamente cargado, dentro de un baño de polvo en suspensión con el inconveniente de presentar un elevado espesor de film. Esto limitaba la aplicación de estos recubrimientos a la protección de la corrosión y al aislamiento eléctrico, por ser caros y poco decorativos. Para superar estas limitaciones tecnológicas, en 1962 aparecieron las pistolas electrostáticas, hecho que propició un crecimiento extraordinario en la aplicación de pintura en polvo a escala industrial. Sus características la convierten en una pintura muy duradera, con un acabado perfecto y en una pintura sostenible y muy respetuosa con el medio ambiente, por no contener solventes ni componentes nocivos o contaminantes, además no produce residuo, pues su excedente puede volver a reutilizarse. Y es que la pintura industrial en polvo cuenta con una excelente adherencia y flexibilidad que permite incluso el plegado, la torsión y la deformación lenta de las piezas, presenta gran resistencia a la abrasión, la corrosión, los químicos y las manchas. Además, la pintura en polvo presenta homogeneidad de espesor de pintado con una apariencia de mayor calidad por los bordes redondeados y es termo-endurente, con resistencia a condiciones climáticas extremas, como sol, rayos ultravioleta, calor, frío y humedad. Al estar fabricada y aplicada sin el uso de disolventes, no emite gases tóxicos y produce un impacto ambiental muy bajo, sin emisión de VOC, peligro de inflamabilidad o necesidad de medidas de seguridad especiales para el almacenaje. No necesita una aplicación de base anticorrosiva ni requiere mezclas ni aditivos y su utilización es inmediata sin ajustes de viscosidad. Actualmente su uso es habitual en acabado de elementos metálicos, muebles, barandillas, estructuras, perfilería de aluminio, juguetes, bicicletas, herramientas, carrocerías de coche, etc. por ser es una de las alternativas más limpias y eficientes de la industria de pintura. |