Recuperación en el sector de la Máquina-Herramienta europea
Mejoran sensiblemente la producción y exportaciones, no así los resultados empresariales.
Los datos más significativos del sector de máquinas-herramienta indican, según estimaciones de AFM, que durante el año 2005 ha tenido lugar una recuperación si se comparan con las cifras negativas de los dos últimos ejercicios, pues a partir del 2001 comenzó a hacerse notoria la crisis económica internacional.
En los demás países de la Unión Europea esta mejoría relativa comenzó a notarse a la segunda mitad del año 2004 y se ha confirmado en 2005. Las previsiones para los quince países europeos que integran CECIMO cifran en torno al 5,9% el aumento de producción en 2005 y en un 8,5% la mejoría de las exportaciones.
En 2005 la captación de nuevos pedidos para los fabricantes españoles de máquina-herramienta ha crecido en torno al 7%, sumándose a la mejoría en la cartera de pedidos de los últimos meses del año 2004.
Como resultado de todo ello, en 2005 la producción estimada del sector de máquinas-herramienta en España ha crecido el 11,8% sobre la del año precedente y se sitúa en 918 millones de euros, todavía por debajo de los 990 millones alcanzados en 2001. Las máquinas de arranque han aumentado su producción un 9,5% y las máquinas de deformación un 15%.
Las exportaciones han aumentado en un 19,9%, mientras las ventas en el mercado interior se han limitado a un aumento del 3,3%.
Las exportaciones han representado el 54,6% del total de la producción del Sector y el índice de cobertura de las exportaciones con relación a las importaciones se ha situado en el 109,5%. Los principales países clientes de la exportación española de máquina-herramienta en 2005 han sido Alemania, seguida de Francia, Italia, México, Portugal, Estados Unidos, China y Brasil.
El consumo total aparente de máquinas-herramienta en España (producción, más importaciones, menos exportaciones) ha crecido un 5,2% y se eleva a 874 millones de euros.
Estas cifras positivas del Sector en 2005 no ocultan las dificultades y deterioro de resultados económicos para las empresas, que han visto reducidos sus márgenes comerciales, por los incrementos de costes en materias primas y energía, junto a una inflación de precios que duplica en los últimos años la media de los países más competitivos de la UE. Por otro lado, se han notado los efectos de la deslocalización de empresas y de las dificultades del sector del automóvil en Europa y Estados Unidos. En esta tesitura, se da la circunstancia de que frente a empresas que han visto consolidada su marcha, otras han sufrido serias dificultades hasta el punto de ver comprometida su viabilidad futura.